En 1972, mientras daba un discurso a un grupo de doctores en Atenas, Grecia, hice la siguiente declaración: “Por la frecuencia con la cual los antibióticos son prescritos en la actualidad por la profesión medica, el sistema inmunológico se verá debilitado al grado de hospedar nuevas, más virulentas e incurables enfermedades que harán su aparición. El uso excesivo de antibióticos afecta perniciosamente el sistema inmunológico, en muchas ocasiones causando daños irreparables”.
Lo que incitó el anuncio de esta desoladora predicción, fue mi propia experiencia en el campo de la salud. Mi declaración fue bastante controversial al haber sido hecha frente a médicos, ya que la medicina convencional considera los antibióticos casi como