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Un Nuevo Modelo Para La Salud y La Enfermedad- page 48

Capitulo 4

EL COMPLEJO DE ENERGÍA DEL CUERPO HUMANO

1. El cuerpo humano es un complejo de energía que genera todas las formas de energías conocidas —eléctrica, magnética, térmica, cinética y electromagnética –las cuales pueden ser fácilmente detectadas con aparatos simples de los cuales el más sofisticado es el electroencefalógrafo. Pero también hay otros tipos de energías sutiles que aun no han sido definidas y las cuales se relacionan principalmente a niveles mental, emocional e instinto del ser humano.
Hoy, nadie puede negar la existencia de las energías mental, emocional y sexual. 1-16
Todos entendemos y percibimos cuando una cierta persona tiene una energía mental fuerte (Me), que sus patrones de pensamiento son fuertes, bien organizados, coherentes, fáciles de comunicar, y de esta manera efectivos al influenciar a otros.
Por otra parte, podemos notar la debilidad mental de una persona, la forma caótica en que expresa sus ideas, la falta de patrones organizacionales en los procesos de pensamiento, y lo inefectivo que es al comunicar sus ideas.
Frecuentemente oímos de experiencias extra sensoriales o las experimentamos nosotros mismos. Nos podemos “sintonizar” a los patrones de pensamiento de otra persona antes de que verbalmente nos haya comunicado sus pensamientos. En el Lejano Oriente, en la India especialmente, la lectura del pensamiento es un fenómeno común dentro de aquellos que se han preparado a si mismos para tal tarea. El Primer Ministro de Relaciones Exteriores de la India, Krishna Menon, fue reconocido por su capacidad de leer las mentes de aquellos que lo visitaban con alguna solicitud.
El poder mental parece ser una energía perceptible con una frecuencia vibratoria específica que bajo condiciones especializadas puede ser transmitida por partículas de energía y así ser recibidas por otro “aparato mental” similar. El hecho de que este tipo de energía no este definido en los textos académicos, no lo hace no existente.
La mayoría de nosotros vivimos en un constante flujo de pensamientos que suceden en nuestras mentes. La gran parte de nuestras horas despiertas, y por lo tanto nuestra misma existencia, gira alrededor de la generación constante de estos patrones de pensamientos. No podemos darnos el lujo de ignorar un aspecto tan importante de nosotros mismos, especialmente cuando esta área puede ser afectada por la aplicación de un sistema terapéutico. No obstante, la medicina establecida ha