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Un Nuevo Modelo Para La Salud y La Enfermedad- page 179

Hahnemann consideró primero que el agua destilada, el alcohol y la lactosa eran médicamente inertes, así que disolvía las medicinas en estas sustancias. Si el remedio se diluía en agua o alcohol, mezclaba una parte de la sustancia con noventa y nueve partes del líquido y sometía la mezcla a cien sucusiones vigorosas. Llamaba a esta solución dinamizada “la primer potencia centesimal”. Luego mezclaba una parte de esta primera potencia con noventa y nueve partes de agua o alcohol y nuevamente la sometía a sucusión cien veces para producir la segunda potencia centesimal. El tercer paso del proceso, desde luego diluía la sustancia inicial a una parte en un millón, el cuarto paso a una parte en cien millones y así sucesivamente. Repetía hasta treinta veces la operación y aparentemente él no fue mas allá ¡aun cuando los homeópatas modernos usan potencias de hasta un cienmilésimo de potencia y más!
Las implicaciones de este descubrimiento son escalonadas. ¡Una sustancia agitada y diluida en una dilución de 1 en 100,000 partes, aún a un total de 60 ceros y más, actúa para curar la enfermedad, rápida y permanentemente y sin efectos secundarios!
Claramente este fenómeno no puede ser explicado por los mecanismos químicos ordinarios. ¡Las diluciones son tan astronómicas que no queda siquiera una molécula de la medicina original! Y sin embargo los verdaderos resultados clínicos demuestran más allá de duda que permanece una influencia – una influencia que es lo suficientemente poderosa para curar aún las más profundas enfermedades crónicas. En el aforismo 209, Hahnemann escribe:

“El sistema homeopático de la medicina se desarrolla, por su uso especial, a un grado no conocido hasta ahora, las fuerzas medicinales interiores de las sustancias crudas por un proceso peculiar a ellas, nunca tratado hasta ahora, por el cual llegan a ser inmensurables y penetrantemente eficaces y remediales.

Lo que Hahnemann ha descubierto es que en cada sustancia de la Naturaleza yace escondida alguna vida interior. La podemos movilizar y usar esta “fuerza” si sabemos como procesar la sustancia correctamente.
De alguna manera, las diluciones repetidas y las sucusiones de una medicina homeopática liberan una gran energía curativa que es inherente a la sustancia. En