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Un Nuevo Modelo Para La Salud y La Enfermedad- page 192

fueron más sensibles al sufrimiento humano. Ellos entendieron y percibieron la confusión, desesperación y futilidad que plagaba la ortodoxia médica. A menudo estos médicos se sentían aislados de la corriente principal de la medicina porque a diferencia de sus colegas, cuestionaban las prácticas médicas existentes. Estaban en una situación muy difícil, ya que entraron en conflicto con muchas de las doctrinas clásicas enseñadas en las universidades de medicina. Las preguntas que plantearon permanecieron sin respuesta por largo tiempo por las represalias de la comunidad médica; pero así como la semilla hace raíz, así lo hicieron las preguntas y el descontento acerca de los tratamientos oficiales dentro de las filas médicas. La medicina establecida escogió ignorar estas preguntas planteadas por muchos de sus miembros más ilustres y procedió sin pensar en el conflicto dentro de sus propias filas. Por esa época, mucha gente tanto como los medios sintieron la verdad acerca del problema y apoyaron el movimiento alternativo. Pero no había, aparte de los heroicos intentos de las Escuelas de Naturopatía en los Estados unidos, centros médicos organizados de terapias alternativas con prestigio suficiente para reemplazar a las instituciones existentes.

La necesidad de expandir los métodos alternativos de terapia.

Por tanto, la única esperanza que nos queda es el crear nuevos centros médicos para llenar la mayoría de las necesidades terapéuticas de hoy. Los viejos sistemas “arterioscleróticos” se hundirán eventualmente en el olvido, abandonados por un público que por un lado habrá llegado a estar mas alerta a los peligros de la medicina alópata, y por el otro habrá descubierto las nuevas posibilidades ofrecidas por las terapias alternativas. Tales métodos cuando se aplican adecuadamente, ya han probado ser mas humanos y bastante efectivos.
Cabe razonar que los métodos alternativos de terapia hubieran desaparecido hace ya mucho tiempo, si no fuera por el beneficio real que ofrecen. Estoy seguro de que si pudiéramos hacer una encuesta mundial de cuantas personas se han beneficiado realmente por medios terapéuticos alternativos y cuantas fueron dañadas por las terapias médicas actuales, indudablemente los números a favor de las alternativas sería muy impresionantes. Aún el más duro partidario de la medicina alópata no podría sino impresionarse con estos resultados. No es impensable en esta época una revolución en medicina, pero se lograría mejor como una transformación suave y sutil, que como un cambio abrupto o agresivo.