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Un Nuevo Modelo Para La Salud y La Enfermedad- page 135

a la entidad psíquico-espiritual del ser humano, la posibilidad de sobrevivir, quizá en otra dimensión.
De ser esto realmente una posibilidad, la única manera en que un individuo puede “sobrevivir”, es el evolucionando espiritual y físicamente al alcanzar un grado de perfección en aquellos niveles que se caracterizan por el amor y la sabiduría. De esta manera formaremos una unidad integrada y cohesiva con muy pocas energías separantes y conflictivas, y podremos permanecer por tanto como una entidad unida una vez que nos encontremos fuera del cuerpo físico. Como mencionamos antes, la organización y perfección de estos niveles depende principalmente de los esfuerzos conscientes del individuo.
Si permaneciesen muchas energías negativas (cualidades) en nuestros planos físico, mental y espiritual a la hora de nuestra muerte; nuestros procesos de pensamiento se encontrarían dispersos y nuestro estado emocional confuso en esos momentos finales y por consiguiente; no seríamos capaces de lograr la idea de una entidad unificada.

36. Mientras más evolucionado está el ser humano, está más evolucionada y coherente la estructura de sus planos internos emocionales y mentales.

La evolución de la que hablamos aquí no incluye, ni requiere conocimiento intelectual o científico sofisticado; sino una verdadera sabiduría para comprender las cosas en esencia, por tanto, la habilidad de trabajar con la naturaleza, en lugar de trabajar en contra de ella.
Para que el individuo pueda evolucionar, no necesita tener una educación moderna. El tener una educación en las sociedades modernas puede ser más un impedimento que un logro. Por ejemplo, una persona ineducada, simple o primitiva, puede darle una respuesta franca acerca de un punto vital de ética pura o conducta, en tanto una persona educada puede darle una respuesta elaborada o confusa que ni ella misma comprende.

37. Los cambios reales en la conciencia marcan el proceso evolucionario de un ser humano. Estos cambios no evolucionan como un proceso suave; sino más bien como saltos y brincos que le recuerdan a uno los saltos cuánticos.