Books

Un Nuevo Modelo Para La Salud y La Enfermedad- page 124

esfuerza en demasía puede desarrollarse un resfriado común o influenza? Para proporcionar al virus la oportunidad de prosperar, uno tiene que estresar al organismo para producir los cambios químicos apropiados.
Tales ideas son comunes y casi universalmente aceptadas hoy, sin embargo no han sido aplicadas a la investigación o terapéutica y son ya sea ignoradas o malinterpretadas.
Todo mundo está tratando de averiguar de donde vino el virus del SIDA, y nadie parece darse cuenta de que pudo haber estado con nosotros siempre, siendo la única diferencia el que ahora las condiciones son las adecuadas para infectar millones de organismos.
Hoy vemos la enfermedad en su forma epidémica simplemente porque un gran número de organismos han sido minados a través de enfermedades venéreas, drogas y contaminación general, de tal manera que sus sistemas inmunológicos se han vuelto incapaces de combatir el virus.
A partir del conocimiento que tenemos ahora acerca de la mutación de microorganismos bajo estrés (cambios químicos dentro del cuerpo), podemos deducir que el virus pudo haber brotado de un proceso endógeno de mutaciones constantes de microorganismos diferentes.
En las primeras etapas de la epidemia de SIDA, ya había un gran número de humanos que automáticamente manifestaban el virus a través de una serie de mutaciones, dada su gran predisposición hacia este virus. Luego estos organismos humanos se volvieron fuentes potenciales de infección para otros humanos que estaban similarmente preparados para aceptar el virus.
El organismo vivo es un estado dinámico que acepta cambios, ya sean grandes o pequeños. Es en este estado donde un electrón puede moverse entre órbitas y por tanto desaparecer o reaparecer, determinando ya sea si el organismo va a desequilibrarse o va a conservar su balance. Por ejemplo ¿Cuántas veces cambia durante el día su estado de ánimo? Cuando su estado de ánimo es malo, deprimido o ansioso, hay cambios profundos dentro de su sistema que fluctúan de acuerdo a sus condiciones externas e internas. Es obvio que su estado de ánimo no solo cambia temporalmente, sino también por periodos más largos de tiempo y puede; dependiendo del estrés, cambiar permanentemente. En el caso de la depresión crónica, podemos decir que el electrón que anteriormente mantenía el balance se ha ido y consecuentemente, el organismo ha saltado a una realidad diferente en relación a su estado de energía.