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Un Nuevo Modelo Para La Salud y La Enfermedad- page 71

realmente verá el lado positivo de la crítica y por consiguiente corregirá su patrón de conducta. Los mismos “choques” que puede disparar a un ególatra y destruirlo pueden dejar un hombre humilde casi inafectado.
Un industrial ególatra que falla en su negocio y pierde su fábrica se preocupa más sobre la opinión que otros ahora tienen de él, que del destino de las familias, incluyendo la propia que no tendrán medios para mantenerse. Es su ego el que ha sido lastimado. Aunque él tenga suficiente para vivir sin la fábrica, se sentirá desgraciado después del fracaso, y está destinado a desarrollar y padecer un sinfín de síntomas debido a su pena “falsa” y egoísta.
De una manera similar, la codicia podría convertirse en la base de la perturbación mental. ¿Se puede usted imaginar cómo un hombre avaricioso pude reaccionar a la pérdida de su riqueza física y la profunda sintomatología que podría resultar?
Difícilmente cualquier persona está hoy totalmente libre de los sentimientos de egolatría, egoísmo y avaricia.
Es también un hecho que la persona absorta en su propio ego no puede ni ver objetivamente, ni percibe la verdad. Piensa que él sabe siempre todo y lo sabe mejor que cualquier otro. La humanidad ha sufrido grandes desastres debido a tales actitudes. Al ver atrás en la historia con frecuencia reconocemos esta cualidad y la etiquetamos como locura.
. Hablamos sobre la locura de Hitler, IdI Amin Dada, incluso del capitán a cargo del Titanic cuya arrogancia costó las vidas de centenares. De manera propia, cada uno de nosotros se está ocupando de asuntos similares en una escala más pequeña. Esta “enfermedad” llamada egolatría y egoísmo parece ser universal. Ése es probablemente el porqué tendemos a admirar y adorar a los santos: creemos que ellos pudieron realmente someter su egolatría y sacrificar sus propias vidas por el bien de otros. Los adoramos como seres humanos “superiores” porque sus realizaciones parecen fuera de nuestra comprensión. Aunque es raro, ésta actitud “tipo-santo” es la más sana a poseer; en tal estado se alcanzan una verdadera paz de la mente y felicidad.
Aunque es peculiar, que este estado de salud se pueda alcanzar solamente con los esfuerzos conscientes del individuo, mientras que el estado de la salud del cuerpo físico es un derecho de nacimiento.
Hay una herencia natural y un impulso inherente para que los seres humanos evolucionen en gente de “Amor y Sabiduría.” Solo hasta entonces habrá esperanza para la raza humana. Hasta que no comencemos a ver el objeto en todas sus dimensiones, hasta entonces habrá esperanza para un mejor estado de salud.