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Un Nuevo Modelo Para La Salud y La Enfermedad- page 52

Por ejemplo, para la gente primitiva es el temor primordial de lo sobrenatural o desconocido lo que los lleva a los elementos más rudimentarios de religión y a la formación de una naturaleza espiritual.
De acuerdo a algunos sociólogos y psicólogos el “miedo a la muerte” se ha convertido en un factor sustancial en nuestra sociedad occidental “civilizada”. Esto es claramente representado en las actitudes y edictos relativos a la muerte dentro de la medicina convencional. Toda la filosofía de la medicina esta intentando curar a la gente y prevenirla de la muerte a cualquier costo para el individuo y su familia; y la sociedad tiene mucho que ver con este miedo a la muerte.
Mientras mas evolucionado sea el individuo, mas desarrollado será en su aspecto espiritual. Una vez que el plano espiritual ha sido despertado, el individuo es llevado por un deseo interior, una búsqueda interior para encontrar respuestas a ciertas interrogantes esenciales. Las preguntas básicas que normalmente nos hacemos son:
—“¿Quién soy yo?”
—“¿Adónde voy?”
—“¿Cuál es el propósito de mi vida?”
—“¿Cuál es mi misión en este mundo?”
—“¿Qué es Dios?’”
—“¿Qué es verdad?” etc.
A veces las respuestas a estas preguntas nos llegan a pocos bendecidos en la forma sublime de experiencias místicas.
La expresión positiva de este plano es el desarrollo espiritual conciente del individuo; su expresión negativa es el deterioro de su conciencia y degeneración consecuente en caos moral y ético.
Cuando esta espiritualidad se desarrolla en una forma natural y sana, uno siente un profundo sentido de humildad y es inspirado a servir desinteresadamente. Además, un individuo desarrollado espiritualmente disfruta de un profundo sentido de quietud mental. Pero cuando la espiritualidad es desarrollada de una manera no sana, aparecen cualidades negativas tales como arrogancia, egoísmo, intranquilidad y un inquietante sentido de culpabilidad.
Si las drogas medicinales destruyen este plano de existencia, se asume que esto constituye definitivamente una supresión más que una cura, aún y cuando la patología física haya sido temporalmente aliviada. Este es un ejemplo: Un hombre busca tratamiento para su artritis reumatoide, y después de uno o dos años de tratamiento, encuentra que las dolencias de sus articulaciones están mejores pero ha perdido todo sentido de libertad y felicidad; su habilidad de reflexionar sobre los